Muchas remodelaciones consisten en derribar paredes, que pueden ser muros de carga, para tener zonas más amplias y ambientes integrados acorde con el estilo de vida que se lleva actualmente. Es algo muy usual que las personas quieran reformar sus espacios interiores, ya sea de sus viviendas u oficinas, para darles un aspecto más renovado y moderno; de igual manera, las edificaciones también son objeto de transformaciones, ya sea por deterioros o para rejuvenecer su apariencia y así otorgarle una segunda oportunidad de vida.
En la mayoría de los casos, el proceso de reformación es solo derrumbar paredes, entre otras cosas, pero hay ocasiones en las que surgen problemas al encontrarse con muros que no pueden tirarse porque son elementos estructurales propios del diseño de la construcción, los cuales son conocidos como muros de carga.
La función de estos muros es soportar el peso de toda la estructura, por esta razón, hay que conservarlos y dejarlos intactos para evitar que toda la construcción colapse, de igual manera, son soporte de otros elementos como vigas y techos. También, dan estabilidad al inmueble y transmiten las cargas al terreno; por ello, están elaborados con materiales muy resistentes como ladrillo, hormigón, hierro y varios tipos de piedras, que les permiten realizar todas sus funciones sin presentar ninguna deformación.
El empleo de estos muros proviene de tiempos antiguos, pero fueron los romanos quienes los impusieron al utilizar una técnica llamada Emplectum, que consistía en realizar dos hojas externas de bloques de piedra que se rellenaban con cal, arena y distintos escombros. En los lugares donde la piedra era escaza, se empleaba el adobe, con el tiempo, fue evolucionando hasta llegar al ladrillo, el cual tiene mayor resistencia y durabilidad.
Posteriormente, el hormigón hizo su presencia siendo un avance en el mundo de la construcción, pero, indiscutiblemente, con la llegada del acero se dio un giro a la forma de construir ya que propició la aparición del concreto armado y las estructuras metálicas que han hecho más fuertes los muros de carga.
Cómo identificar los muros de carga
Es indispensable que antes de realizar la reforma de un inmueble se conozca dónde están los muros de carga, para así evitar derribarlos por error; para eso se aconseja tener a la mano los planos de la construcción. Pero en muchos casos esto no ocurre, por lo tanto, existen otras alternativas para distinguir estas estructuras, como:
1.- Un muro de carga tiene un grosor mucho mayor que las paredes normales, por lo general, tienen 30 centímetro de espesor.
2.- Las paredes que se encuentran en el contorno de la vivienda sostienen su peso, por lo cual son considerados muros de carga.
3.- Los materiales empleados para construir estas estructuras son muchos más resistentes. ya que sobre ellos recae el peso de la edificación.
4.- Si una casa tiene una estructura a base de vigas, será mucho más sencillo poder identificar en donde están estas defensas.
El abrir agujeros en los muros de cargas es un trabajo sumamente delicado, por lo se requiere de un equipo de profesionales que involucren ingenieros civiles y arquitectos, ya que es necesario redistribuir las cargas en otros muros y elementos de soporte.
Luego de eso, se procede a quitar el revestimiento para así dejar a la vista el área donde se pretende agujerear. A continuación, se limita el área haciendo dos agujeros de poca profundidad de manera vertical, a cada lado de ellos se colocarán dos pilares metálicos que servirán de soporte.
En la parte superior de estas columnas se disponen dos vigas de carga para poder así, perforar el muro. Es fundamental que antes de hacer una reforma se contacte a una empresa especializada en la materia para asegurar que no ocurra ningún accidente que ponga en peligro la vida de las personas y cause graves daños a la estructura.