Cuando se hacen construcciones que demandan excavaciones profundas, se necesita de un sistema de anclaje que permita soportar las fuerzas de empuje del suelo, agua y sobrecargas. Una gran solución para ello, es el levantamiento de muros anclados que se emplean para estabilizar taludes, ampliar carreteras, reparar fallas que se encuentran al borde de caminos, construcción de sótanos en edificaciones, para nivelar espacios urbanos estrechos que contienen una topografía muy irregular, entre otros.
De acuerdo a lo antes expuesto, podemos definir a un muro anclado como un soporte que se encuentra aferrado, sujeto o fijado al suelo y se emplea principalmente en excavaciones, cuando se quieren colocar algunos pilotes y durante la construcción edificios que requieren tener sótanos. Este tipo de muro se identifica rápidamente, gracias a las cabezas de los anclajes que se encuentran a lo largo del muro que está en construcción, también puede identificarse porque tiene una capa de concreto mucho más irregular y rugosa.
Cuando se hace una excavación muy profunda los terrenos adjuntos pueden desestabilizarse, lo que ocasiona daños a otras estructuras que se encuentran alrededor, inclusive la misma excavación puede sufrir derrumbes o desmoronamientos, por eso es fundamental el uso de muros anclados.
Tipos de muros anclados
Existen varios tipos de estos muros que resultan muy útiles:
1.- Muros con anclaje pasivo: Se denomina así al muro que entra en tracción por sí solo, cuando la cabeza se opone al movimiento del terreno inestable o de la estructura. Se utilizan barras de acero conocidas como pernos o burlones.
2.- Muros con anclaje activo: Es cuando el muro ya instalado se pretensa hasta alcanzar la carga máxima que puede soportar, así el terreno se comprime entre la estructura de apoyo y el área de anclaje y para ello se requiere cables tensados.
3.- Muros con anclaje mixto: Son aquellos en los cuales la armadura se pretensa por debajo de la carga máxima, reservando así una parte de su capacidad para solventar otras eventualidades.
4.- Muros con anclaje temporal: Son muros que se construyen de manera auxiliar y que permite dar una estabilidad temporal, mientras que se realizan otras alternativas más resistentes que permitan sustituirlo.
5.- Muros con anclaje permanente: Este tipo de muro debe tener una mayor seguridad, sobre todo en el caso de la corrosión, tanto la cabeza del anclaje como en las zonas de los bulbos y alargamiento.
Construcción de un muro de anclaje
Para construir un muro de anclaje, primero se hace una excavación hasta alcanzar la profundidad requerida para evitar causar daños a estructuras vecinas, luego se hace uso de un taladro llamado perforadora horizontal con la cual se hace un hoyo delgado por debajo de esas estructuras. Aquí se coloca una varilla de acero conocido como anclaje, posteriormente se rellena con concreto a presión, esto permite que tanto el cemento como la barra queden fijos en el suelo.
Cuando el concreto sobre el anclaje se ha endurecido, la varilla se tensa mediante una máquina hidráulica y se le coloca una placa en el extremo, al momento en que la máquina la suelta, esta vara funciona a manera de resorte y arrastra la placa y la coloca hacia la pared de la excavación para así sostener la tierra. El proceso se vuelve a repetir tantas veces como anclajes hay que colocar y posteriormente se distribuye el concreto para así terminar el muro de anclaje.
Cuando el muro ya se encuentre estabilizado y tensado, se comienza de nuevo a excavar y se repite el proceso para construir otro muro por debajo del que ya está hecho, se va estabilizando la excavación con anclajes hasta llegar a la profundidad requerida. Para terminar, se coloca una placa de fundación que permite sostener el peso del muro y de toda la construcción.
Antes de realizar un muro de anclaje hay que hacer un estudio previo y un diseño correcto para evitar posibles daños, tanto a las estructuras vecinas como a la propia excavación.